Poesía de una heladería

La señorita
Margarita,
una bonita heladería 
tiene a la vuelta de la esquina. 
Todos los lunes después de comer por su tienda me paso
y un helado de pistacho
me levanta el ánimo
Pero sin embargo
mi favorito es más amargo
el de limón 
me lo como en un resoplón.
El de fresa y nata 
no me agrada
con el de oreo
se me pasa el cabreo,
y el de tarta y queso 
para mi hermano Teso 
y el de café 
para la que escribe esto con un poquito de té.                  Lucía.